Indigna y entristece lo ocurrido ayer miércoles en Utah, EEUU, con Charlie Kirk, activista conservador estadounidense, fundador de Turning Point USA, ferviente seguidor del presidente Donald Trump, que dedicó su liderazgo y energía a movilizar a los jóvenes y a promover lo que él creía que podía ser un mejor futuro, con ideas que, aunque no las compartimos, eran las suyas.
De apenas 31 años, casado y con dos hijos pequeños, de 3 años y 15 meses, Charlie cayó abatido a sangre fría. Este hecho violento no sólo nos hiere como individuos, sino que es un ataque a la libertad de expresión, a todo principio democrático y al derecho a la vida. Condenamos este asesinato enérgicamente. Nada justifica el uso de la violencia.
Mis más sinceras condolencias a sus seres queridos, a sus seguidores, y a todos los que creían en él. Que encontremos en este momento la fuerza para exigir justicia, para proteger los espacios donde se debate, se discrepa y se construye comunidad con respeto.
